La vida sigue. Nuestras nenas están intentando salir adelante con todos los obstáculos que se les presentan en su camino.
Que no son pocos…
Sobre todo nuestra prota, Sun Woo In Young (Jo Yeo Jung), que además de los propios, tiene que enfrentarse también a todos los problemas que le plantean sus clientes, y algunos de ellos son verdaderas chorradas. Especial mención al problema de Alex (Ricky Kim), cuya mayor preocupación es la de no encontrar el ramen con su sabor favorito.
Pero In Young, lejos de dejar que los problemas personales afecten a su trabajo, y junto a Bae Sung Hyun (Choi Jin Hyuk), su inseparable compañero, van resolviendo las peticiones de los clientes del hotel una tras otra.
Sung Hyun es el que a veces pierde la paciencia. No parecen conserjes, sino chicos de los recados, pero In Young le recuerda que su trabajo es hacer felices a los clientes, sea como sea, y si consiste en hacer recados para ellos, pues es lo que tienen que hacer.
Están hablando sobre ello cuando In Young se levanta y se le escapa un… ¿mal aire? ¿ventosidad? ¿pedo? Yessss, hemos oído bien. Sí, lo es.
Sung Hyun no puede salir de su asombro, no por el aire en sí, sino porque In Young, para salir del paso, le acusa de ser el autor, le regaña, y le echa la bronca… jajajaaaaaa. Qué tontería, ¡si están solos! Los dos saben perfectamente quién ha sido, pero después de regañar al chico, In Young sale de la oficina totalmente satisfecha. Y él, se ríe.
Lo de tirarse pedos, será una constante para In Young a lo largo del drama. Lo hará para molestar a sus amigas, para molestar a su novio… sí, suele hacerlo, y a propósito, pero sólo con las personas con quien tiene mucha confianza. Esta vez se le ha escapado… así que, tenía que buscar una excusa rápida… que no es la mejor, claro.
Pero no hay nada que pueda estropearle ese día. Nop. Una vez al mes, In Young, con sus dos amigas, Park Seo Yeon (Choi Yeo Jin) y Kang Hyun Joo (Choi Song Hyun), salen juntas una vez al mes, y la cita es esa misma noche. Van a la discoteca, conocen gente, bailan, se lo pasan bien… pero sin olvidar quitarse seis años de edad y mentir descaradamente con su profesión y hasta con sus nombres reales… bueno, todas menos Hyun Joo, que sigue siendo una abogada. Por su parte, In Young es una bailarina, y Seo Yeon es modelo.
Mientras pasan por chapa y pintura, hablan sobre sus trucos de seducción, y también nos enteramos de que Hyun Joo no ha podido “matar” a Tae Woo, jajajaaaa. Como sabéis, en el capítulo anterior, ella fue a buscar a su prometido para pedirle cuentas por abandonarla el día de la boda.
Ni siquiera pudo echarle la mano encima, porque él huyó como un cobarde… sep, tal como lo leéis. El muy valiente salió corriendo. Pero es comprensible que Hyun Joo quiera saber por qué no acudió el día de la boda. Ya no es que le eche de menos, creo yo. El chico tenía menos gracia y salero que un palo de escoba, pero es normal que ella necesite conocer los motivos por los que la dejó plantada, ¿verdad?
Así que, para quitarse todas las penas, esa salida tiene que ser especial, sobre todo para que Hyun Joo pueda superar el mal trago y olvidarse totalmente de su ex-novio.
Es por eso que poco después las vemos vestidas para matar y dándolo todo en la pista de baile.
Y claro, hay que reconocer que las tres son muy guapas, y muy resultonas, por lo que no pasa demasiado tiempo antes de que los chicos se fijen en ellas y acaben ligando.
Seo Yeon está en el reservado VIP con unos chicos, pero se aburre soberanamente. Ellos están hablando de libros, y nuestra mujer fatal prefiere la acción, así que, va a buscar a sus amigas, y juntas acaban uniéndose al grupo de Hyun Joon, que ha encontrado a dos muchachos muy interesantes, con los que está en otro reservado. Son jóvenes chaeboles, guapos, educados y muy atractivos.
Por supuesto, ellos se tragan todas sus mentiras sobre edades, nombres y profesiones, y es cómico ya de categoría ver cómo ellas se dirigen a ellos como si fueran mayores, incluso llamándoles “oppa”, cuando en realidad son más jóvenes.
Pero las cuentas no salen… ellos son dos, y ellas son tres… aquí falta algo. Menos mal que ellos están esperando la llegada de un tercer amigo que ponga la cosa en paridad total. Ideal, el tercero en cuestión tampoco es moco de pavo… es el heredero de un gran hotel.
Imaginaos la cara que se les queda a las chicas, cuando el tercer hombre hace su aparición y se encuentran con…
MUUUAJAJAJAAAA. Yessssss, ¡es Sung Hyun! Las tres se quedan KO (nosotras también, para qué engañarnos, menuda aparicion), pero él, tras la sorpresa inicial, y después de encontrar la situación muy divertida, como podéis apreciar en la foto, sonríe y se une al grupo disimulando como el que más.
Acabada la noche, y muerto de la risa, el pipiolo acompaña fuera a su sumbae, no si antes darse el lujazo de tomarle el pelo un rato, de echarle en cara su actitud, sus mentiras, su escote y hasta lo de “oppa”, ajjajaaaa, es una escena muy divertida. Pero In Young no se asusta… ¿es que él no va por ahí mintiendo al decir que es el heredero del dueño de un hotel? Cuando llegan al coche, como es de alta gama, ella también le pregunta a quién se lo ha pedido prestado porque, definitivamente, con un sueldo como el suyo, ese coche debe ser prestado.
Pero él, que está disfrutando (demasiado) con toda la situación, y viendo que In Young está un poquito chispada, la lleva a su casa. Y una vez dentro, In Young, con todo el colocón, sólo puede preguntarse cómo es que él sabía dónde vive…
Al día siguiente, cambia impresiones con sus amigas. No es sólo el coche, es la ropa e incluso los accesorios que llevaba Sung Hyun… todos eran caros y de marca… ¿cómo puede permitirse todo eso con su sueldo? En cuanto él entra por la puerta, In Young le pregunta directamente sobre el asunto.
Pero su verborrea hace que ni siquiera le deje contestar, pues acaba dándole un sermón sobre que no puede ir por ahí aparentando lo que no es, ni malgastando el dinero tontamente. Sung Hyun intenta aparentar seriedad, pero está disfrutando de eso mucho más que la noche anterior. “Por lo menos yo no miento sobre mi edad“, le dice, dejándola fuera de juego.
Tras esto, In Young vuelve a sus quehaceres. Ahora tiene que ir a las tiendas del hotel a recoger ropa para sus clientes… y allí se encuentra a Yoon Kang Hee (Ha Yun Joo), que está de compras en el establecimiento…
Vaya tela. Preparad vuestras maldiciones, chicas, porque cuando la niñata le diga en toda su cara que le declara la guerra por el amor de Kim Sung Soo (Kim Jung Hoon), querréis utilizarlas. Y es que no es que lo diga, que eso no era noticia nueva, es el descaro, la frescura y la poca vergüenza con la que lo hace.
Con toda su sonrisa y todo su morro, vamos, como si estuviera hablando de la última pulsera que se ha comprado, y no de romper una relación de 10 años… pa´matarla. Incluso le pide a In Young que elija una de las dos camisas que lleva en las manos, y cuando ésta lo hace, Kang Hee le contesta que se llevará justo la otra, y que se la regalará a Sung Soo.
MALA PÉCORAAAAAAAAAAAAAAAA!!!
Y vamos que nos vamos. Cambiamos de tercio y nos vamos a las aventuras de Seo Yeon. Porque desde que Seo Joon Yi, su fotógrafo, se despidió, no ha encontrado a otro que haga reportajes que le satisfagan. Estos reportajes son parte fundamental de la estrategia de publicidad de su empresa, y Seo Yeon le necesita desesperadamente. Así que tiene que elegir entre comerse su orgullo y llamarlo, aún después de lo que Joon Yi dijo sobre ella, o aguantarse y dejar que su empresa se resienta.
“Bien, soy una profesional, y se trata de negocios“…
Envía un primer mensaje vía móvil, muy formal, en plan empresaria, pidiéndole que elija una fecha para reunirse. No hay respuesta.
Segundo mensaje, algo más directo: “¡¡No es profesional que dejes tu trabajo sólo porque no apruebas mi vida personal!! ¡¿No crees?!” NO HAY RESPUESTA.
Tercer intento… algo desesperado: “¿Cuándo te viene bien?“
Y Joon Yi, que ha ido leyendo todos los mensajes, pero la ha dejado que rabie todo ese tiempo, al fin contesta: “Presidenta Park Seo Yeon, si quieres hacer bien los negocios, aprende a tratar a tus compañeros“.
Y así, Joon Yi se converte en el primer tío que ha rechazado a Seo Yeon. Me diréis que de rechazo nada, que se trata de trabajo, y tenéis razón. Pero no es así exactamente. Primero, porque él la ha censurado a nivel personal, y segundo, porque para alguien como ella, acostumbrada a tener de los hombres lo que desea dando un par de pestañeos, que uno no la complazca en algo, aunque sea de trabajo, supone un fracaso también como mujer fatal. Y el caso es que creo que él lo sabe, y juega con ello. ¿Será Yoon Ji la horma de su zapato?
Pero este capítulo no le da descanso a Seo Yeon, porque lo siguiente que le ocurre, es que recibe una citación del juzgado. Sep, tendrá que enfrentarse a la demanda por adulterio.
Recurre rápidamente a Kang Do Kyung, es decir, el marido infiel. Pero éste no quiere ni oír hablar de defenderla o ponerse de parte de ella. Ahora entiende todo lo que ha hecho sufrir a su mujer, está absolutamente arrepentido, y quiere volver con ella desesperadamente, ya que le ha echado de casa. Así que, como ya tiene bastante con lo suyo, Seo Yeon ya puede ir pensando en arreglar su problema por su propia cuenta.
Mmmmm… ¿por qué los hombres siempre se arrepienten después y no antes de echar el polvo?
Más tarde, en el salón de belleza, Seo Yeon compartirá lo que acaba de ocurrir con sus amigas, quejándose de los hombres. Hyun Joo también tiene algo que aportar sobre eso… durante su viaje, un hombre casado también intentó ligar con ella. Hyun Joo ya se había fijado en él, dado que el hombre parecía encajar por completo con su tipo ideal, pero entonces vio el anillo de casado en su mano, y lo descartó totalmente. Así que, cuando poco después, en la sala de embarque, él trató de entablar conversación, salió escaldado y con un buen rapapolvo encima.
Todo esto las lleva a comentar también el problema de In Young y la pegajosidad de Kang Hee, y de paso, poner de vuelta y media a todas aquellas lagartas que osan entrarle a hombres que están “pillados”. Ahí Seo Yeon discrepa. Los hombres no son cosas que se “pillen” o se posean. Hyun Joon da la puntilla final: los culpables son ellos, los cuales, aún estando “pillados” no tienen ningún problema en dejarse pillar también por las lagartas. Yo estoy con Hyun Joon. Es quien tiene el compromiso con otra persona el culpable por no respetarlo… las lagartas lo consiguen si ellos las dejan.
Pero In Young insiste: ellas también son culpables por empeñarse en seducirlos. Y sus amigas se plantean la posibilidad de que, si Kang Hee ha ido tan lejos como para declararle la guerra, puede haber en Sung Soo que la haya alentado…
Más dudas y más comidas de coco para In Young: ¿ante un calentón con Kang Hee, pensaría Sung Soo en ella antes que en sus propios instintos? Su imaginación empieza a construir miles de situaciones en las que él la traicionaría…
Para postre, a Kang Hee le ha dado por ir a hacer ejercicio al gimnasio del hotel donde ella trabaja. Sung Soo también aparece por allí. Tiene una cita de trabajo, y ha pasado a ver a su novia. En cuanto Kang Hee los ve, se pega a ellos como una lapa, con sus insinuaciones y su manera de abalanzarse sobre Sung Soo. Éste, ha ido a llevarle a In Young unas zapatillas como regalo… se irán de acampada juntos. Kang Hee se muere de los celos, y les anuncia que les lloverá a mares, en un intento algo infantil para evitar que se vayan, e incluso cuando In Young ha vuelto a su trabajo (no ha vuelto, está escondida espiándolos, pero ella no lo sabe), insiste con lo de la lluvia, y le pide a Sung Soo que no vaya. Él la vuelve a rechazar de plano. E In Young es feliz.
Así que, ahí les tenemos, de acampada, juntos y pasándolo bien… hasta que, contra todo pronóstico, ya que las predicciones metereológicas no lo habían anunciado, cae un chaparrón de padre y muy señor mío. Kang Hee llama a Sung Soo para regodearse. E In Young se enfada porque él le ha cogido el teléfono, porque sabe perfectamente que con esto, su intención no es otra que molestarla.
Kang Hee no lo sabe, pero por fin ha conseguido que la pareja discuta por su culpa… ni en sus más mejores sueños. Aunque tampoco sabe que no tardan demasiado en hacer las paces, disfrutando del día incluso bajo la intensa lluvia… ni en sus peores pesadillas, jajajajaaa.
Mientras ellos disfrutan de su acampada, las amigas de In Young están pasando un mal rato… Seo Yeon porque recibe la notificación del juzgado, y Hyun Joo porque su gato ha escapado.
Pero tranquilas, que ahí está Kim Duk Soo (Kim Hyung Min), al quite. Vive en el vecindario, y pasaba por allí porque se ha inscrito en un club de ping pong cercano. La encuentra en la calle y como el caballero que ya demostró que era (recordad que fue el primero en ingresar en “hombres favoritos”, el segundo fue el pipiolo, osea Sung Hyun…), está dispuesto a ayudarle. Nada de poner comida como cebo, los gatos callejeros podrían atacarle para quitársela; es mejor sacar a la calle algo suyo, que le sea familiar, y esperar a que huela “a hogar” y regrese. A parte de esto, la invita a que cante algo que le guste y le sea familiar al gato… Hyun Joon termina por cantar, muerta de la vergüenza, una canción que habla sobre lo “malos” que son los hombres. Todo sea por su gato, que al final aparece.
Cuando entra en casa, ya más relajada, Hyun Joon va a buscar agua. Agarra un botella de la nevera y da unos tragos… después mira a su mano. Ahí está el tapón. Uno igual al que Duk Soo le diera el día de la boda. La sonrisa de la chica al recordar el momento, lo dice todo.
Amanece un nuevo día, y Sung Soo está en la azotea de su edificio, disfrutando de la soledad, mientras lee. Pero la estalqueadora oficial del drama, Kang Hee, aparece para metérsele por los ojos. Al principio no cuela, ella no hace más que intentar llamar su atención, pero Sung Soo ni levanta la vista de su libro. Kang Hee opta por hablar sin tapujos: “¿Por qué no puedo gustarte? Los triángulos amorosos son complicados sólo si tú quieres que lo sean… pueden ser simples si tú los ves así. Todo lo que tenemos que hacer es mantenerlo en secreto. No diré nada. Salgamos juntos. No se lo diré a In Young, ¿vale?“
El mínimo asomo de duda que puede oler en Sung Soo, hace que la chica se vuelva más osada… le toca la oreja… acaricia el lóbulo… luego va a por el mentón… y…
Y Sung Soo opta por salir zumbando antes de que la cosa se descontrole, pero ella lo retiene agarrándolo del brazo y llamándolo con ese tono engañosamente infantil de voz que tiene.
Sung Soo se da la vuelta, y cuando todas pensábamos que le iba a dar dos gritos, lo que le da es un morreaco de los de impresión.
Esto, nenas, es una “explosión de amor”. Pasional a tope. Un beso de los intensos, casi rabiosos, muy apretao y estrujando a la chica a lo bruto. Sung Soo acaba de liberar toda la tensión sexual que estaba acumulando con esta chica. Kang Hee lo ha conseguido. Lo ha tentado hasta lo indecible, y como In Young temía, él no ha sido capaz de resistírsele, y mucho menos ha pensado en ella en el momento clave en que debía hacerlo. El instinto ha triunfado. Sung Soo ha vuelto a engañar por segunda vez a su novia…
http://bombasoju.wordpress.com/2011/08/10/i-need-romance-episodio-4/
Dom Oct 11, 2020 12:28 am por 
